martes, 20 de diciembre de 2016

El primer vuelo en avión en México

Previamente ya se habían realizado vuelos en globo, muchos de estos construidos por Joaquín de la Cantolla, aunque nunca había sobrevolado un avión ni en México ni en el resto de Latinoamérica.















Braniff nació en 1884, miembro de una poderosa familia en México durante la época del desarrollo industrial del país. Su padre fue el industrial Thomas Braniff, quien había llegado a México para construir el ferrocarril de Veracruz. Alberto fue a estudiar a Europa, donde su interés por distintos deportes como el Boxeo y el automovilismo le confirieron un temperamento aventurero. En 1909 Braniff presenció varios vuelos realizados en Biarritz por Michel Tabuteau, del cual pudo recibir las primeras experiencias de la aviación y de esas incipientes máquinas. Siguiendo el ímpetu de su interés por la aviación, posteriormente se traslada a Villancourt, para negociar directamente con los hermanos Voissin la adquisición de un avión nuevo. Fue entonces que Alberto pudo adquirir un aeroplano Voissin y recibió instrucción de vuelo del mismo fabricante e inventor francés.











El artefacto en cuestión fue empacado y enviado por barco a México, arribando al puerto de Veracruz el 7 de diciembre de 1909. Las dos alas y las cajas que contenían las partes del avión del tipo biplano fueron resguardadas dentro de las bodegas del buque La Navarré. Después fueron descargadas y enviadas en ferrocarril a la capital, donde se armaron las piezas al amparo de un hangar construido especialmente para la aeronave.
A partir del 15 de diciembre se unieron al chasís las alas, el conjunto elevador (montado en la parte delantera del avión) y el cubo trasero (que contenía el timón de dirección). Los 8 cilindros del motor ENV de 60 caballos de fuerza, fueron los que proporcionaron las revoluciones que la hélice requirió para elevar el avión.

Braniff en su avión













Fue la mañana del 8 de enero, cuando ya poca gente iba a ver los ensayos, que el valiente aeronauta se lanzó a la conquista del cielo y su Voisin se elevó 25 metros, lo suficiente para recorrer el campo y aterrizar, logrando el tan ansiado éxito.
Ese día Alberto Braniff hizo historia: el artefacto había remontando los 2,240 metros que tiene de elevación la ciudad y era el primer vuelo de un aeroplano en México, el de un mexicano y el primero en Latinoamérica, estableciendo un nuevo récord mundial de altura y colocándonos como el séptimo país en donde volaba una aeronave por primera vez.
















Por Marco Vázquez

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