sábado, 5 de marzo de 2016

La guerra de los pasteles Segunda parte

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Los puertos mexicanos sufrieron bloqueo durante 7 meses ya que el gobierno de Anastasio Bustamante negó toda negociación mientras la soberanía nacional se encontrara amenazada por los cañones franceses además de que el gobierno tenía la posición de no tener la obligación de indemnizar por reclamos hechos por daños a propiedades durante conflictos armados, San Juan de Ulúa y la ciudad de Veracruz  sufrió el bombardeo francés logrando que ambas ciudades capitularan sin la aprobación del gobierno mexicano que declara la guerra enviando a Antonio López de Santa Anna como comandante de las tropas que harían frente al enemigo
Bombardeo a San Juan de Ulúa















Ambos bandos se enfrentaron en una escaramuza en el puerto de Veracruz que sería lo más grave ocurrido durante la guerra de los pasteles. El fin del enfrentamiento entre Francia y México llegaría al firmarse un acuerdo gracias a las gestiones de la embajada inglesa, en dicho acuerdo México se comprometía a pagar los 600,000 pesos exigidos por Francia llegando a su fin la guerra de los pasteles el  9 de marzo de 1839.

Por Marco Vázquez
 

La guerra de los pasteles Primera parte



Del 16 de abril de 1838 al 9 de marzo de 1839 ocurrió la llamada guerra de los pasteles o primera intervención francesa en México. Este breve conflicto armado entre México y Francia se debió a daños causados durante la revolución de la acordada a comerciantes franceses principalmente la de un pastelero francés que exigía el pago de mercancía con un valor de 60 mil pesos



Barón Deffaudis, el embajador francés en México quiso llegar a un acuerdo para indemnizar a los comerciantes Franceses Al no llegar a un acuerdo, Deffaudis abandona México y vuelve el 21 de marzo de 1838 respaldado por barcos de guerra franceses para exigir los pagos que los comerciantes franceses exigían al gobierno mexicano como indemnización a los daños causados a sus negocios durante los conflictos ocurridos en el país, el pago de 600,000 pesos además de privilegios a ciudadanos franceses dedicados al comercio.
Baron Deffaudis





















Por Marco Vázquez

miércoles, 2 de marzo de 2016

La leyenda del maíz



En esa época, los aztecas se alimentaban de raíces y animales que cazaban, pero no podían alimentarse de maíz porque estaba escondido detrás de altas montañas a las que no podían llegar.
Los antiguos dioses habían intentado tiempo atrás separar estas montañas utilizando su fuerza, pero no lo consiguieron, así que los aztecas pidieron ayuda al dios Quetzalcóatl.

Quetzalcóatl no quiso emplear la fuerza, sino la inteligencia y la astucia, y se transformó en una hormiga negra. Decidió dirigirse a las montañas acompañado de una hormiga roja, dispuesto a conseguir el maíz para su pueblo.
El camino era largo y con muchas inclemencias, tras mucho esfuerzo y sin perder el ánimo, Quetzalcóatl subió las montañas y cuando llegó a su destino, cogió entre sus mandíbulas un grano maduro de maíz e inició el duro regreso. Entregó el grano a los aztecas que plantaron la semilla, y desde entonces, tuvieron maíz para alimentarse.

El preciado grano, aumentó sus riquezas, y se volvieron más fuertes, construyeron ciudades, palacios y templos. Desde entonces fueron fieles al dios Quetzalcóatl, al que jamás dejaron de adorar por haberles ayudado cuando más lo necesitaban.




















Por Marco Vázquez