lunes, 23 de mayo de 2016

La invasión norteamericana a México



La independencia de Texas, apoyada por los Estados Unidos, fue utilizada por las administraciones norteamericanas para sus fines expansionistas. Se encuentra documentado que Estados Unidos deseaba forzar la guerra entre la república de Texas y México, a fin de justificar su intervención armada y despojar a los mexicanos de amplios territorios en el norte. Para ello, diseñó dos asuntos que desde el nacimiento estaban destinados al fracaso diplomático: las reclamaciones para fijar los límites territoriales de Texas y la discusión sobre el futuro de la nueva república.

Bandera de Texas









Los planes de una conciliación que asegurara la paz entre los dos países llegaron a su fin cuando Texas se anexó a Estados Unidos. Ante este hecho, México rompió relaciones con Estados Unidos y el gobierno norteamericano envió a las tropas de Zachary Taylor a la frontera texana, a fin de provocar un incidente que justificara la guerra.

Zachary Taylor



















En el transcurso de la guerra, los invasores se fijaron tres objetivos: el bloqueo de los puertos del pacífico, la invasión por tierra en el Norte a cargo de Zachary Taylor; y la ruta del golfo de México que implicó el bloqueo de Veracruz y Tampico, así como la penetración territorial a cargo de los generales Winfield Scott, Robert Lee, Ulysses Grant y George B. McClellan. En esta última ruta se llevaron a cabo las batallas de Churubusco, Molino del Rey, Chapultepec y la ocupación de la ciudad de México.

Toma de la Ciudad de México por parte de las tropas estadounidenses













A pesar de la heroica resistencia de los habitantes, los invasores conquistaron la capital el 15 de septiembre de 1847. Al día siguiente Santa Anna renunció a la presidencia y se formó un nuevo gobierno presidido por Manuel de la Peña y Peña. Ante el retiro del ejército mexicano, la resistencia a los invasores fue asumida con valentía por los ciudadanos.
Una vez que los estadounidenses hubieron ocupado la capital, el presidente Polk envió a Nicholas Trist como comisionado de paz a fin de negociar la cesión de los territorios en disputa. Mediante el tratado de Guadalupe-Hidalgo  firmado en febrero de 1848, México fue despojado del 55% de su territorio (2 378 540 km2) correspondiente a Texas, California y Nuevo México.

Tratado de Guadalupe-Hidalgo


















Por Marco Vázquez

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